En su edición de ayer, Clarín mostró su peor cara. De una parte, un artículo de Julio Blanck que promete en el título lo que no cumple en la nota, y que además revela esa, ya a esta altura exagerada, mala fe de los editorialistas del diario hegemónico. El título dice: "Llega el Mundial: Kirchner pega patadas y la oposición hace tiempo". Lo que interesa aquí es leer el cuerpo de nota y verificar cuáles son las supuestas "patadas" de Kirchner. Revisando -para que entiendan los estudiantes de periodismo que, como pasantes mal pagos, trabajan allí-, podemos afirmar que lo que hace Blanck es una ofensa en términos profesionales a la relación que debe respetarse entre título y noticia. Se supone que el título informativo destaca lo que habrá de leerse después. O sea, que hay una correspondencia informativa. Pero si uno lee esta "pieza periodística" descubre que las presuntas "patadas" de Kirchner (siempre tan "agresivo") son tan solo el impulso a medidas que tienden a dar respuesta a las demandas o expectativas de diversos sectores de la sociedad. Sintéticamente: a) Reparto de un millón de decodificadores para recibir televisión digital, sin pagar nada por ello. Los pobres quieren ver el Mundial, viste? b) Según Blanck: "Está avanzada la elaboración de un plan de empleo joven, apuntado -aunque más no sea en el discurso y la propaganda- a dar alguna forma urgente de respuesta al problema sistémico de desocupación y trabajo precario que sufren los menores de 25 años". ¿Y qué, está mal? c) Según Blanck: "habrá un intento de firmar el cese de hostilidades con el campo". ¿Y qué quiere, revivir "la gesta" de la confrontación por la Resolución 125?
En suma: donde Blanck ve "patadas", alguien menos intoxicado por las prebendas que ortorga el Grupo Clarín, vería intentos de conciliación, de redistribución del capital material y simbólico, de construcción de una "Argentina para todos".
De otra parte, la segunda "perla" de esta edición imperdible de Clarín, es el señalamiento que detectó Daniel Mancuso en su blog, al apuntar que para este diario en decadencia la marcha de los pueblos originarios, sencillamente no ocurrió, porque en su edición impresa no la registraron. Como le señalamos a Mancuso en los comentarios: "¿Qué mueve a los editores de Clarín a realizar este ninguneo tan torpe? ¿Ignoran que hasta TN cubrió la llegada de la Marcha a la Plaza? ¿Es tan revulsiva la marcha en sí o no toleran informar que la Presidenta recibió a una treintena de delegados durante una hora para acordar una agenda de trabajo? En materia de credibilidad, están tocando fondo".
No hay comentarios:
Publicar un comentario