miércoles, 24 de noviembre de 2010

Pablo Marchetti: "Nosotros hicimos Barcelona sólo para destruir a Clarín"

Ayer, en la señal de cable “ultra opositora” TN, los espectadores pudimos asistir a una entrevista atípica. Sucedió que Pablo Marchetti, director de la revista quincenal Barcelona, se permitió diferir, desacomodar y aún contradecir a los conductores del envío “Palabras más, palabras menos”, Ernesto Tenenbaum y Marcelo Zlotogwiazda.
Por caso, los entrevistadores quisieron encorsetar a Barcelona en una tradición ligada al humorismo.
Marcelo Zlotogwiazda: Cada vez que se los quiere encasillar, poner en la categoría de una revista de humor, ustedes dicen que es periodismo.
Pablo Marchetti: Hacemos periodismo, claro. Porque
creemos que el periodismo es un relato de ficción armado con elementos de la realidad. Y esa definición cuadra perfectamente en lo que hacemos con Barcelona. (…) A mí hay muchas cosas que me gustan. Respeto mucho lo que significó la revista Humor, me gusta mucho la revista Satiricón, Tía Vicenta tenía grandes cosas, pero no me siento heredero, justamente por esto que te decía, no nos sentimos humoristas, no nos sentimos herederos de esa tradición. Para mí la cosa más importante que pasó en el periodismo, que me pasó a mí como contemporáneo, fue la aparición de Página/12, sin duda que dio vuelta el relato periodístico…
Ernesto Tenenbaum: A nosotros también, imaginate que nosotros estábamos ahí…
Y sí, es un punto interesante el que señala Marchetti, sobre todo si se advierte el periplo de los entrevistadores, desde Página/12 hacia el Grupo Clarín. Una respuesta que incomoda y que, a esta altura del partido, denuncia un cambio de bando.
MZ: En estos días hay un debate en el mundillo periodístico, a partir de declaraciones que hizo Martín García, el titular de Télam. Dijo: “Yo no quiero periodistas profesionales, yo quiero periodistas militantes”. ¿Cómo te parás frente a esa definición?
PM: La definición, en sí, me cae bien. El término periodista militante, es algo que me cae bien. Lo que pasa que imponer periodista militante, me parece una cosa medio jodida. Pero me parece que está bueno asumir el lado militante que tiene esto. Cuando uno se planta para publicar algo, me parece que de alguna manera trata de incidir en la realidad y en la sociedad a la que va dirigido el mensaje ese. Ahora, me parece que uno también es un pelotudo importante si cree que realmente va a cambiar la sociedad con ese mensaje. Me parece que en ese punto, ese equilibrio, haciéndonos cargo que de alguna manera queremos incidir en la realidad, y ver que no vamos a cambiar un carajo, y ponernos como militantes por delante de eso, me parece que no…
¿Un poco confuso Marchetti, no? Pero, al fin, convengamos en el núcleo que dice: ninguna comunicación es desinteresada y siempre procura generar algún efecto. Quizás, no algo tan decisivo como “cambiar la sociedad”, pero sí al menos incidir en el debate público. Y habrá que agregar la cita completa de Martín García: “Los profesionales son como las prostitutas, escriben mentiras en defensa de los intereses de los que les pagan. Los militantes, en cambio, escribimos la verdad al servicio del pueblo. Soy primero militante, después periodista”. Una definición fuerte, que seguro se abre a otras discusiones acerca de los “compromisos” que afectan al “periodismo independiente”.
MZ: Ahora, el periodista militante frente a una verdad que es perjudicial para la causa de su militancia, ¿cómo actúa?
PM: Y, no sé. Habría que aclarar qué clase de militancia. Yo cuando te digo que me cae bien el tema de militancia…
ET: Yo te doy un ejemplo, el asesinato de Mariano Ferreyra. El periodismo militante del que habla Martín García sale a decir: fue Duhalde.
PM: Si, eso es bochornoso. Pero también hay ejemplos de periodismo militante, identificado con el Gobierno, que buscaron otros caminos. Página/12 fue por otro camino.
Bien por Marchetti, que estableció la diferencia entre la operación imbécil construida por 6-7-8 y el pasquín Tiempo Argentino. Bien al reivindicar la línea editorial de Página/12, que apuntó hacia Pedraza y las complicidades de la burocracia sindical.
ET: Vinculado con ese debate, ¿cuándo una noticia o un chiste es desestabilizante, y cuando son simplemente un chiste o una noticia? Ejemplo: Cristina denuncia a Sábat como cuasi mafioso.
PM: Pero eso me parece ridículo. Entiendo que denuncie a Clarín, entiendo lo que tiene que ver con la pelea con Clarín, y hasta te diría que la comparto. Yo diría que Barcelona tiene una actitud, más que quijotesca, cervantiana. No Quijote como personaje sino Cervantes puesto a hacer el Quijote. Cervantes dice que hace el Quijote sólo para destruir las novelas de caballería. Y te diría que nosotros, sin proponérnoslo, pero parafraseando esto, de alguna manera nosotros hicimos Barcelona sólo para destruir a Clarín. No a Clarín como institución como hace el Gobierno, sino el discurso, lo que quiere imponer Clarín de la verdad periodística. Mentirnos y decirnos que el periodismo no es lo que realmente es. Entonces, eso lo entiendo, lo de Sábat, lo de Langer me parece una vergüenza.
Bueno, aquí podemos señalar dos cosas: de una parte, el obvio silencio de los periodistas de TN ante la abierta declaración de Marchetti acerca de las intenciones de Barcelona en su intento de desenmascarar la mentira ofrecida como verdad por Clarín. De otra, la minimización de la agresión que expresan hacia Cristina las caricaturas de Sábat. Digamos: ¿cuándo habrá de dibujar un perfil de Duhalde al cual le crezca desde la nuca el perfil de Magnetto, para mostrarnos el verdadero monstruo bifronte que amenaza a la democracia argentina? O, más jugado, ¿cuándo habrá de ilustrar alguna página de Clarín con la figura de Magnetto orinante y a los líderes de la oposición disputando por beber ese agua bendita, escatologías aparte?
Y sigue Pablo Marchetti:
"Jaime es un chorro, y me parece bien que se publique. Ustedes hacían antes un juego que era muy bueno y le pedían a cada entrevistado que ponga la tabla de posiciones de los gobiernos. Eso me parece interesante como ejercicio para saber dónde se para cada uno y la verdad que esto me parece, por lejos, por escándalo, el mejor gobierno que hay en mucho tiempo en la Argentina. Ahora, eso no quita que Jaime me parezca un chorro, y tantísimas cosas me parezcan nefastas… Y, no, la verdad que no. Me parece bien decirlas."
Y está bien. Marchetti fue al “territorio adversario” y defendió su posición. Barcelona no es una revista oficialista, ni tampoco opositora. Digamos: comenzó como una parodia de la hegemonía comunicacional y, luego, cuando esta disputa se volvió abiertamente política (“Clarín, ¿estás nerviosho?”) descubrió que estaba en problemas, porque ante el salto de escala, en esa lucha, no había neutralidad posible.
No nos gustó la edición apresurada de Barcelona que trató de explotar la muerte de Néstor Kirchner, más allá de los intentos de compensar las demasiadas agresiones con algunos homenajes. Pero, reivindicamos a Marchetti, y a su revista, en su lucha contra la hipocresía y la mentira que gobierna en la corporación mediática.

viernes, 19 de noviembre de 2010

La inesperada reflexión de Nelson Castro.

Hay que verle la carita a la tal Cynthia Hotton -¡cómo le gustan las cámaras, figurar en una maratón junto a Cobos, transpirar y llorar!-, para colegir que es una artista en ciernes. Una víctima, ponele, de su ambición. Como esas chicas que se exhiben buscando fama y después se arrepienten. Y sí, la tal Cynthia es un personaje menor que se juega a una coyuntura de alta exposición pública. Convengamos: es “videogénica”, da bien en cámara, pero la supera la situación. No tiene agallas para conmover denunciando en serio a nadie.
Y, de otra parte, está la hierática santacruceña, Elsa Alvarez, que tenía un secreto guardado y que se prestó a la agresión de los periodistas que le reclamaron una y otra vez que diera nombres. Menos espresiva, claro, pero tan carente, tan inconsistente al fin, como la otra, la Hotton. Son ellas, al fin, la expresión de la “nueva política” que nos regaló la victoria opositora en 2009. Lo que debe preocuparnos es que estas dos mujeres son diputadas nacionales. Dos tipas que votan y deciden acerca del destino de todos los argentinos. Y ahí estamos.
Obviamente, la gran titiritera de este circo fue Elisa Carrió que las empujó a la escena y les dictó el libreto. Y después de esta semana de “dimes y diretes”, de sospechas que quebraron la unidad de las fuerzas de la oposición, que sembraron dudas sobre cualquiera que intentara sostener una negociación política, vale preguntarse quién ganó, después de la “piña” de Graciela Camaño a Carlos Kunkel.
Lo cierto es que, anoche, Nelson Castro (un activista descarado del operativo “presiones”) sorprendió con su balance de la cuestión pugilística:  “Qué episodio lamentable, ¿no? Algunas cosas para reflexionar. Carlos Kunkel es un provocador, sin duda. Y como tal, su actitud es permanente, lamentable, y juega un rol. Dicho esto, debo decir que la conducta de la diputada Camaño ha sido lamentable. Porque, precisamente, ahí está el temple de un político, alguien que es presidente de la comisión de Asuntos Constitucionales. Y debo decir, además, en el contexto de lo que se escuchó, que esta no fue de las peores provocaciones de Kunkel. Que lo que decía Kunkel, en realidad, es algo ya dicho y que está en el comentario de la calle y de mucha dirigencia política durante mucho tiempo. Así que no fue precisamente esto que dijo Kunkel algo que estuviera alejado de la realidad,  para ser ecuánimes, porque me parece que de esto se trata. Porque lo pongo en otro sentido: qué hubiéramos dicho nosotros si esto lo hubiera hecho alguien del Gobierno. Y, yo le hubiera reprochado y le hubiera dicho: el que lo hizo, si el que lo hizo es el presidente de la comisión de Asuntos Constitucionales, debe renunciar. Más allá de las disculpas. Y yo creo que esto debería hacer Graciela Camaño. Más allá de sus disculpas, yo creo que debería renunciar. Curioso, ¿no?

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Cristina, la historia, y el "efecto Kirchner"

Parece claro, a esta altura, que la “Operación Presupuesto”, montada por la oposición política y mediática, agoniza. Hoy, por fin, la diputada Elsa Alvarez se ajustó a la sentencia nietzscheana (“Dí tu palabra y rómpete”) y “acusó” a algunos funcionarios oficialistas de haberla llamado por teléfono. Y punto.
Pero suceden otras cosas. Digamos: Cristina Fernández ocupa el centro de la escena política y, para sorpresa de algunos, se afirma como Jefa de Estado y depositaria del apoyo de las mayorías.
Entre tantas cosas que se dicen, nos resultó interesante este apunte de Ignacio Fidanza, un periodista abiertamente opositor, referido al discurso de Cristina emitido el lunes pasado por cadena nacional. Luego de explicar la encerrona en que la oposición se encuentra respecto a la discusión del presupuesto, “haga lo que haga, pierde”, Fidanza señala:
Cristina avanzó así en lo que ya se insinúa será el eje de su campaña por la reelección. La exhibición de una mujer moderada, que evita enredarse en peleas como hacía su marido, pero muy firme en sus decisiones. Una mujer de Estado que se dedica a gobernar, mientras la desorientada oposición busca trabar el progreso del país. El libreto no tiene nada de original, pero adquiere un poderosísimo caudal emotivo cuando la persona que lo encarna, viene de sufrir uno de los dolores más grandes que se conozcan. Y acaso en esa situación tan dura pero al mismo tiempo tan fuera de discusión, de artificios, de simulaciones, esté la clave de bóveda de este resurgir de Cristina, que parece haber enterrado para siempre a aquella líder arrogante que interpelaba desde el atril. O quizás siga allí, pero quedará para los intelectuales discutir si cambió la persona o la mirada”.
De otra parte, el programa “Palabras más, palabras menos”, difundió anoche los resultados de los estudios de opinión pública de Poliarquía, subrayando que esta consultora no es contratada por el Gobierno nacional. Los números presentados por Marcelo Zlotogwiazda, bajo el llamativo título “efecto Kirchner”, son elocuentes.




La encuesta revela una intención de voto del 46 por ciento para la presidenta, subiendo nada menos que 15 puntos con respecto a octubre. De acuerdo a este sondeo, si hoy fueran los comicios, Cristina ganaría sin necesidad de ir a segunda vuelta.
Lo llamativo, además de la importante suba oficialista, es la caída al tercer puesto de Mauricio Macri, perdiendo seis puntos, del 21 al 15 por ciento, mientras que Ricardo Alfonsín, en este escenario, sube al segundo puesto.
El legislador radical, si bien perdió dos puntos porcentuales, se ubica con un 19 por ciento, a 25 puntos de diferencia de la Presidenta.
También el referente de Proyecto Sur, Fernando Solanas, perdió cuatro puntos, pasando de 14 a 10 , según este reciente sondeo.
Mientras tanto, Cristina, que no descansa, presidió los festejos del bicentenario de Curuzú Cuatiá, en la provincia de Corrientes. Y dijo:
“Si uno se detiene por unos instantes y mira para atrás, no mucho para atrás, simplemente del 2003 para adelante, para qué acordarse de todo lo otro, y vemos las cosas que hemos hecho en estos siete años, yo estoy segura que cualquier argentino, piense como piense, esté en el lugar que esté, jamás hubiera imaginado que en estos siete años íbamos a poder hacer las cosas que hicimos teniendo en cuenta cómo empezamos. Por eso digo que, cuando uno le pone ganas, cuando uno le pone fuerza, cuando uno no cree que haya imposibles, cuando uno el único miedo que tiene es a la historia… Yo sí le tengo miedo a la historia. Siempre con Néstor le tuvimos miedo a la historia, que no seamos capaces de estar a la altura de las circunstancias. Y a lo único a lo que no le tenemos miedo es precisamente a luchar para trabajar incansablemente contra cosas que parecían imposibles. Ustedes saben que antes de ser presidenta o antes que él fuera presidente, yo fui legisladora, y me acuerdo cuando escuchaba que era imposible hacer esto o lo otro. Que uno no podía oponerse al Fondo Monetario Internacional, que había que votar esto porque si no se caía el país, y porque era imposible… Y nosotros creo que lo que hicimos fue ser el instrumento de la historia para demostrar que se podía tener un país con dignidad, un país que no se arrastrara, un país que fuera tratado de igual a igual, ni mejor ni peor que cualquier otro. Simplemente de igual a igual. Como tuvieron los patriotas, igualdad y libertad, las dos grandes banderas. Y creo que tal vez lo mejor que hemos hecho es reconstruir esa confianza en nosotros mismos”.
En fin, atenta a la mirada de la historia, conciente de la responsabilidad que asume, Cristina avanza.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Soñar...

Hola a tod@s, soy Sandra, la compañera/novia/esposa de Sanín. Mientras él duerme plácidamente, le estoy invadiendo (?) el blog para subir un video que me hizo moquear. Supongo que a muchos de nosotros nos pasa lo mismo cada vez que vemos/leemos/escuchamos homenajes a nuestro querido Néstor. Este video lo armó, con todo el amor, Tani, de Aluvión Zoológico, y acá va.


Una infidencia. Ayer fue el cumple de Sanín, y como no tuve tiempo para pensar qué regalarle, se me ocurrió comprarle algo "simbólico" para luego salir con más tranquilidad. Le compré una bella artesanía tallada en palosanto para sumar a su colección de patos y aves varias. Y me encontré con algo maravilloso que no había visto hasta ahora en ese local que venden objetos tan lindos y que paso  todos los días para ir a tomar el subte D (y siempre me paro a mirar, soy mujer al fin). Son dos pingüinos, uno grande mirando a sus dos crías, y otro, más chico, mirando hacia arriba.
En fin (como dice Sanín), le gustó y se emocionó tanto, que no creo que tenga que salir a comprarle otro regalo...
El video, Tani, buenísimo.
Saludos y perdón otra vez por la "invasión".
Sandra

lunes, 8 de noviembre de 2010

Néstor y Cristina: La lucidez de una mirada.

Sucede que, a veces, la producción de un envío televisivo invita a un protagonista para lograr un efecto que suponen tan previsible como favorable a sus intereses (políticos y mediáticos) y todo sale mal. La referencia apunta al programa “Código Político”, que conducen los muy “cancheros” Eduardo Van der Koy y Julio Blanck, y que emite la ultra opositora señal TN. Así fue que, el jueves pasado, procurando vaya uno a saber qué efecto de sentido que dañara al Gobierno nacional (apuntando especialmente al cuestionamiento del vínculo que unió a Néstor y Cristina), invitaron a Víctor Bugge, jefe del equipo de fotógrafos de la Presidencia de la Nación y, además, único autor de las 800 fotografías que documentaron el velatorio público del ex Presidente Néstor Kirchner.
Vale apuntar que, respecto de la puesta en escena del velatorio se han desarrollado en estos días no pocas teorías manipulatorias, que no eludieron el debate acerca del significado de la foto que ilustra este post, y que fuera la elegida por la prensa opositora para ilustrar sus portadas. ¿Cuál era el mensaje que se pretendía transmitir al elegir precisamente esa foto? ¿La soledad de Cristina o su fortaleza?
Aquí la conversación de su autor, Víctor Bugge, con Blanck y Van der Kooy.
Blanck: La foto del féretro desde arriba, con la Presidenta parada al lado, que estuvo en la tapa de Clarín, la tapa de La Nación y de algunos otros diarios más, supongo, que se publicó afuera. ¿Tenés idea de cuánto dio vueltas?
Bugge: Se publicó en Europa y en Estados Unidos. Se publicó bien la foto. La agencias de noticias la potenciaron mucho.
Van der Kooy: ¿Qué fue lo que te llevó a tomar ese instante? Porque vos sabés que se ha escrito sobre esto…
Blanck: Jorge Fernández Díaz escribió en la Nación una nota excelente.
Van der Kooy: Lisy Smiles, en La Capital, hizo toda una lectura acerca de esa foto, acerca de qué significaba y qué no significaba.
Bugge: A mí como fotógrafo de la política siempre me costó fotografiar la unidad o la coincidencia, si querés.
Van der Kooy: ¿Y eso, por qué?
Bugge: Porque nunca pude fotografiar la unidad en la política.
Van der Kooy: Porque no hay unidad en la política, esto lo digo yo.
Bugge: Yo siempre ví que hubo unidad en el matrimonio, desde cuando Kirchner era presidente hasta que le entregó los atributos a Cristina. Así que la idea era fotografiar a la pareja, al matrimonio. Hay una foto mía que recorre ahora las calles, que es un abrazo en la época del conflicto con el campo, donde prácticamente pasan a ser una sola persona.
Blanck: Se publicó en la contratapa del suplemento que hizo Clarín para recordar a Kirchner…
Bugge: Conociendo la intimidad, sabiendo de esa unidad, yo quise registrarla.
Blanck: ¿Fuiste a buscar esa foto desde arriba?
Bugge: Sí, porque yo lo que necesitaba era obviar a esa cantidad de gente que ya estaba registrada. Entonces, la mirada cenital, la mirada desde arriba, fue la que me permitió definir la situación.
Vale señalar que la intención del artista -aquello que se propuso representar- no clausura el debate acerca de la significación de la obra. (En este caso, una fotografía conmovedora). Ni mucho menos clausura, y ni siquiera roza el debate acerca de cuál fue la intencionalidad de los editores de Clarín y La Nación al incluir precisamente esta foto de Bugge en sus portadas. ¿Qué leyeron allí, en esa imagen? ¿Qué pretendieron comunicar?
Los periodistas de TN mencionan dos artículos referidos a esta fotografía. Uno, el de Jorge Fernández Díaz, tan banal como olvidable. El otro, en cambio, escrito por Lisy Smiles y publicado por el diario La Capital, de Rosario, merece ser leído con suma atención. Una lectura que Van der Kooy no supo realizar en profundidad, y por ello lo elogia. Por caso, se le escapa leer este párrafo de Smiles: “Dentro del mapa político diseñado por el kirchnerismo, los medios de comunicación fueron arrancados por Néstor Kirchner del impoluto limbo virtual para ser arrojados al territorio real. Los K los llevaron a la arena política, a la recuperada plaza pública de la discusión. Dejaron de ser dispositivos virtuales, les pusieron nombre y apellido, caras, contaron las historias ocultas, develaron secretos, los llevaron a la Justicia y los “encuadraron” en un nuevo marco legal para demostrar la ilegalidad”.
En fin, Víctor Bugge, quien trabaja hace más de 30 años en la Casa Rosada, no es un “analista político”, pero sí una persona sensible y políticamente comprometida que se propuso, a través de la práctica de su lenguaje artístico/periodístico, dar testimonio de la unidad, incluso más allá de la muerte, entre Néstor y Cristina. Una unidad que su trabajo logró documentar elocuentemente.
Es lamentable, que el canal ultra opositor TN haya decidido no subir el segmento de la entrevista a Bugge en su página digital. Los demás segmentos, sí están disponibles. ¡Qué curioso!

PD.: Si lo querés ver, está acá.