Parece claro, a esta altura, que en el PRO -en tanto organización política con aspiraciones-, hay algunos problemas de conducción. Se insiste mucho en señalar a Jaime Durán Barba como el principal decisor. Y tal vez así sea, cuando se trata de diseñar la política comunicacional del macrismo. Bien de su cuño resulta esa afirmación: "A la gente, las escuchas le importan un carajo". Pero, ¿es este asesor ecuatoriano quien conduce las estrategias del oficialismo en la Legislatura porteña? Si es así, hay que echarlo.
Recapitulando: el pasado martes 20 de julio, la Legislatura celebró una sesión especial, en el curso de la cual se consideraron 5 proyectos sobre tablas (esto es, sin despacho de comisión) referidos a la grave situación judicial que afronta el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, procesado en la causa por las escuchas ilegales. En esa sesión, el diputado Marcelo Parrilli, titular plenipotenciario del bloque unipersonal del MST, impulsó (en soledad) el inicio de un juicio político al jefe de Gobierno. Esa iniciativa de Parrilli (ese pase de gol, vista la posterior actitud del oficialismo PRO) fue rechazada (¡se les escapó la tortuga!) por la sólida bancada del macrismo. Bancada que también rechazó la constitución de una comisión investigadora, la interpelación a Macri, un pedido de licencia e, incluso, la remisión del expediente judicial a la Legislatura. Mecanismos defensivos primarios, que le dicen.
Algo sucedió, luego, al interior de la mesa chica PRO, que motivó un sorpresivo cambio de enfoque. Con pena, descubrieron que no habían sabido comprender la sutileza de la jugada de Parrilli, que los colocaba en un escenario favorable: el traslado de la discusión acerca de la responsabilidad política de Mauricio Macri a la Sala Acusadora. (*)
Arrepentidos, los líderes PRO salieron 48 horas después a reclamar el juicio político. Su principal figura parlamentaria (?), Oscar Moscariello, presentó un proyecto en tal sentido (debe advertirse la paradoja: si tal juicio político prosperara, y Macri fuera destituido, él quedaría al frente del Gobierno porteño). Y en ese marco de contradicciones internas, el PRO se presentó ayer en la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Legislatura. Una comisión en la cual, si la oposición se mantiene unida -¡qué cuestión!-, le gana al PRO por 8 votos a 7. Y allí el proyecto del auto enjuiciamiento político cayó en una ciénaga. La oposición (¡unida, jamás será vencida!) le aplicó la ley del número y le mostró que tenía votos para impulsar no el juicio político, sino una comisión especial investigadora. Le mostró, además, un acuerdo de mayoría para integrar esa comisión con 17 miembros: 4 del PRO, 2 de Proyecto Sur, y los restantes representando a los demás bloques. Clarito y fácil.
¿Qué hizo el PRO ante esta ofensiva democrática? Rompió la reunión, se levantó y se fue, imponiendo un cuarto intermedio de prepo, hasta el viernes 6 de agosto. Jugada hábil (¡y poco republicana!), porque el Reglamento exige 5 días hábiles para la presentación de observaciones ante cualquier despacho emitido por las Comisiones. O sea que, si el viernes se produjeran despachos por mayoría o minoría, los mismos no podrían ser tratados en la sesión del 12 de agosto.
En fin, el macrismo busca ganar tiempo, postergar lo que a esta altura parece ineludible. Si la oposición se mantiene unida, la Comisión Investigadora habrá de constituirse y, con el expediente sobre la mesa, sacará los trapitos de Mauricio (y de Jorge "El Fino" Palacios) al sol.
(*) Esto es, como ya lo comentamos. Una vez iniciado el procedimiento de juicio político, la representación proporcional le hubiera garantizado a Macri mayoría en la Sala Acusadora que sólo podría dar curso al juicio político si cuenta con el voto favorable de los dos tercios de sus miembros. Esto es: en esa Sala Acusadora, de 45 miembros, 19 serían del PRO. Para poder elevar la iniciativa a la Sala de Juzgamiento, se necesita el voto favorable de 30 miembros. Suponiendo que toda la oposición votara favorablemente el juicio político, se reuniría sólo 26 votos de los 30 necesarios. Y ahí terminaría la historia, sin llegar nunca a la Sala Juzgadora.
3 comentarios:
Evidentemente estan muy desesperados . Yo pregunto existe el PRO mas alla de Macri , porque parece que sin Macri el partido kliteralmente no existe , yo se que la politic argentina en ese aspecto es decadentemente mediatica , recien ahora y por suerte gracias a este gobierno aparece una nueva militancia y participacion de la socieddad en multiples movimientos que buscan de una u otra forma apoyar y sostener al gobierno , creo que le pasaria lo mismo a Carrio , si la mina desaparece , existe la colacion cinica ? . Desoues dicen que Biolcatti dijo el estado soy yo , pero hay muchos dirigenmtes politicos mediaticos que hacen al servicio de las coporaciones el mismo papel ellos o la nada misma .
Un abrazo
A mi me sorprendió mucho que dejaran pasar la -muy buena analogía- pelota de gol que les sirvió Parrilli (¡que grande la izquierda revolucionaria!).
Pensé que la presentaba el diputado del MST para que no tuviera que ser el PRO mismo el que presentara los argumentos para el juicio político de su jefe ídem.
Evidentemente estos muchachos del PRO juegan a la política sin cazar un fulbo.
Un abrazo.
Creo que sí, Javier, están encerrados y los cambios de estrategia son un síntoma claro. Ignoro cómo es el proceso de toma de decisiones, habrá una mesa de “notables” o algo así, acompañados por asesores. El PRO no tiene “estructuras” y eso vuelve al partido más dependiente de su figura carismática. Y algo similar sucede con la Coalición, gira en torno a Carrió y punto. No hay relevos.
En realidad son imprevisibles. Ayer parecían especular con el reglamento para postergar su derrota en la Comisión de Asuntos Constitucionales y hoy decidieron anticipar la reunión para mañana. ¿Habrán dato vuelta algún votito? No sé. El fuerte del PRO no es precisamente la actividad parlamentaria, parece.
Abrazos a ambos dos!
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