Revisando su blog, resulta obvio que Luis Majul ha decidido circunscribir su repertorio temático a una única (¿obsesiva?) cuestión: atacar a (los) Kirchner a como dé lugar. Seguramente, ha de tratarse de una actividad rentable, dada la cantidad de periodistas que la ejercen y la cantidad de medios que difunden esos ejercicios. Pero, el rasgo que singulariza a Majul es la indisimulable inconsistencia argumental de todo lo que escribe.
Su última "pieza" -publicada en La Nación- se titula: "Si la Argentina sale campeón, ¿Kirchner es presidente?" Es de una pobreza sorprendente, aún tratándose de él, pero que tal vez sintoniza con el sentido común de los lectores del diario.
Muy breve: el artículo pretende "polemizar" con una visión -supuestamente sostenida por "formadores de opinión oficialistas"- según la cual un triunfo del fútbol argentino en la competencia mundialista favorecería las aspiraciones presidenciales de Néstor Kirchner. Obviamente, la conclusión de Majul es negativa: "Datos reales, más allá de cualquier interpretación, muestran que los golpes de efecto solo duran lo que persiste la alegría después de un gol, un campeonato del equipo de tus amores e incluso la Copa Mundial de Fútbol que, dicho sea de paso, este seleccionado argentino todavía no ganó".
La pregunta es: ¿por qué Majul no identifica a esos "formadores de opinión oficialistas"? Digo: para que la polémica "encarne". ¿Quiénes son los que enuncian ese "análisis apresurado y superficial"? Sería bueno que Luis Miguel -quien ha dado tantas muestras de "coraje cívico"- nos ilustre.
Pero, además de la cuestión del exitismo futbolero como herramienta electoral, Majul introduce otras dos cuestiones, supuestamente esgrimidas desde la comunicación kirchnerista: "Una: que los festejos del Bicentenario colocaron al ex presidente a las puertas de ganar en primera vuelta. Otra: que si se comprueba que uno de los hijos de Ernestina Herrera de Noble es de padres desaparecidos, sería un golpe muy fuerte para el Grupo Clarín. Esto transformaría a Kirchner en invencible, según estas teorías".
Sobre estas últimas dos "teorías", presuntamente difundidas por "formadores de opinión oficialistas", Majul no ofrece ninguna refutación -por lo cual podemos colegir que las comparte- aunque es obvio que nos queda debiendo más de una explicación.
En relación a estos asuntos, le hacemos dos sugerencias a Majul, para que no siga cayendo en su credibilidad.
Respecto de los festejos del Bicentenario: ¿No será mejor informar que la recuperación de la imagen del Gobierno se estaba registrando antes del 25 de mayo? Y, ¿no será que -precisamente- la revitalización del vínculo entre el oficialismo y la sociedad es la que explica el éxito de los festejos?
Respecto de los análisis del ADN de los hijos adoptados por Ernestina: si se comprobara que uno de ellos es hijo "de padres desaparecidos", más que una cuestión electoral -mezquina lectura- ¿no sería mejor señalar que se trata, fundamentalmente, de un avance en la lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo -y de la sociedad toda- en la búsqueda de verdad y justicia?
Majul: ¿Hace falta bastardearlo todo?
3 comentarios:
Imaginate que tiene que seguir publicitando el libelo ese que llamo los dueños o mejor dicho debió llamarse Mi dueño y tratarse de como se le chupa mejor las medias a De Narvaez
Un abrazo
Ja! Ahora, ¡qué nivel La Nación! Lo de Luisito es muy berreta. Un abrazo.
Tenés toda la razón y Majul LTA.
La mejora en la imagen del oficialismo ya se venía midiendo antes de los Festejos del Bicentenario y es -probablemente- una de las razones del éxito de los mismos.
Por otro lado Majul empezó a escribir asiduamente en La Nación luego de la publicación de esa berretada de libro que todavía dudo que haya escrito él. Se convirtió -mediáticamente- en algo parecido a una especie de "experto en Kirchner".
Seguramente otros periodistas serios no querían rifar tanto su prestigio como este tipo que, si algo hay que reconocerle, no es su talento periodístico sino su viveza.
Un abrazo.
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