La categoría y el temple del zaguero Martín Demichelis permitió a la Argentina pasar sin sobresaltos a octavos de final. El equipo argentino logró su tercera victoria consecutiva, debiendo afrontar la resistencia de la férrea defensa planteada por Grecia: cuatro defensores en línea y el agregado de Papastathopoulos, en una áspera marca personal sobre Messi. Con el paso de los minutos la figura del arquero Alexandros Tzorvas se fue agigantando.
El arquero griego despejó al tiro de esquina un remate de Agüero a los 17 minutos del primer tiempo. Un minuto después, Verón le dio de afuera del área y otra vez Tzorvas volvió a desviar por arriba del travesaño. A los 37:00:, Otamendi buscó a Milito desde la derecha pero Tzorvas despejó con los puños. Y a los 45:00:, Maxi Rodríguez le dio de zurda, en el área, y el arquero griego se lució desviando a un costado, en el rebote Messi remató desde afuera y Tzorvas volvió a despejar por arriba del travesaño.
Ya en el segundo tiempo, a los 11:00:, Argentina llegó de derecha a izquierda y terminó con un remate de Clemente Rodríguez a las manos de Tzorvas. Doce minutos después, Messi ejecutó un tiro libre desde lejos, directo al arco y exigió a Tzorvas que despejó al tiro de esquina. A los 23:00:, Bolatti capturó un rebote desde un tiro de esquina y le dio de media vuelta pero nuevamente Tzorvas controló abajo, en el primer palo sin dar rebote. ¡Argentina no podía!
Pero, a los 32:00: ¡Gol de Argentina! El número 2 de la Selección, Martín Demichelis, cabeceó notablemente un tiro de esquina desde la izquierda, que dio en Milito, pero Demichelis capturó con maestría el rebote, le dio de zurda fusilando a Tzorvas para poner en ventaja a la selección argentina, despejando así cualquier duda acerca de la clasificación a la siguiente fase.
De este modo, el defensor surgido de la cantera de River Plate dio nuevas muestras de su capacidad goleadora y también de su entereza anímica, al sobreponerse a las fuertes críticas que mereciera su desempeño en el partido anterior de la serie, ante Corea.
A los 43, Messi (la figura del encuentro) encaró por el centro, remató y Tzorvas dio un rebote que capturó un jugador argentino que deambulaba por el área (Palermo), quien favorecido por la trayectoria errática de la indescifrable Jabulani logró vencer a Tzorvas e introducirla en el arco para, apenas, "decorar" el resultado.
¡Vamos Argentina!
PD.: Este texto forma parte de la obra en marcha "Crónicas desde el Gallinero".
3 comentarios:
Tzorvas, el griego, nos hizo transpirar un poco.
Quedamos a la espera del próximo capítulo de las Crónicas desde el Gallinero.
Muy bueno despues de escuchar a alguiun bostero reclacitrante que decía que ya esta que no espera mas nada del mundial , una locura total
Sí, Ricardo, la verdad es que parecía imposible embocar una adentro del arco. Veremos si podemos seguir con las crónicas. Un abrazo.
Y, Javier, si no espera nada más del Mundial que vaya a ver los entrenamientos de Riquelme y así disfruta, no? Un abrazo.
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