Sucede que Marcelo Bielsa, director técnico de la selección chilena, había señalado en la previa del partido ante España que no iba a especular con el resultado del otro partido (Honduras-Suiza) que podía resolver la clasificación. Así lo dijo Bielsa: "Todas las experiencias de poner el oído en un estadio diferente al que uno está jugando y armar estrategias según vayan cambiando los marcadores es una tarea desaconsejada e imposible de concretar por la cantidad de variables y cuestiones que se pueden dar". ¡Muy bien!
Luego, durante el partido se verificó que el fútbol se juega con dos arcos y que aún el equipo más ofensivo debe ser firme a la hora de defender el propio. Chile cometió dos errores y los pagó con sendos goles en contra. Y, para colmo, perdió un jugador que se fue expulsado por doble amarilla.
Ya en el segundo tiempo, el equipo de Bielsa fue a buscar el descuento y lo encontró rápidamente en una jugada afortunada: a los dos minutos de juego, un remate de Rodrigo Millar se desvió en Piqué y se metió por arriba de Casillas.
Chile perdía 2-1 y paulatinamente se enamoraba del 0 a 0 parcial de Honduras ante Suiza porque sabía que los suizos debían marcar dos goles para pasar a octavos.
Con el correr de los minutos, el partido España-Chile se convirtió en un simulacro insufrible donde todos (incluido Bielsa) se dedicaron "a poner el oído en un estadio diferente". España se dedicó a mover la pelota a lo ancho del terreno ante la atenta mirada de los diez jugadores chilenos, estacionados en su propio campo, y así hasta el final. Un verdadero aburrimiento.
¿Qué dijo Bielsa luego, en la conferencia de prensa? "España sintió que era suficiente con ganar. Nosotros sentimos que clasificar era el objetivo prioritario". Resultadismo puro, ¿o no? Ahora bien, más allá de la contradicción señalada, ¿qué debería haber hecho Bielsa?
De movida, Chile se enfrentó con el gran candidato (en teoría) a ganar el Mundial, después de haber ganado la Eurocopa. El plantel español, tomando en consideración todos los derechos económicos de sus jugadores, alcanza una cotización de € 565 millones. ¿Y Chile? Apenas € 85 millones. Un indicador acerca de la diferente jerarquía de los planteles.
Con un hombre menos en cancha, ¿debía Bielsa lanzar a sus muchachos a atacar a un equipo superior? ¿Debía poner en riesgo el resultado que lo clasificaba, aún perdiendo? Y si el equipo en esa situación frente a España hubiera sido Argentina, ¿qué hubiéramos preferido?
Desde acá lo bancamos a Marcelo, aunque le sugerimos humildemente no "boquear" más en las previas. Porque, cuando el resultado está apretado, todos somos "bilardistas".
5 comentarios:
El tema es que los Suizos eran tan amarretes que ni empatar le servia a Chile para eliminar a los españoles que era mi deseo en realidad .
Un abrazo
Bielsa sera muy progresista pero me aburre...un poco.
un abrazo.
De acuerdo, Javier. Veremos si España puede con Portugal. Un abrazo.
Sí, Burgués. Veremos a qué juega Chile con Brasil. Un abrazo.
Es evidente que cuando se analizaban los posibles resultados, nadie contemplaba que Suiza fuera tan amargo, y tampoco se pensaba que si Chile perdía lo iba a hacer por 2 a 1.
Bielsa debe haber dicho eso porque estaba seguro de que Suiza le ganaba a Honduras, y porque no contaba con que un gol de Chile (2-1) no era lo mismo que 1-0 o 2-0. Cuando se presentó la circunstancia, mostró que no es tonto, y que el dolor del 2002 todavía dura como para arriesgarse a repetirlo.
Lo bueno es que fue sincero en la conferencia de prensa posterior: hubiese sido una porquería intentar negar el conformismo que tiñó buena parte del segundo tiempo.
Coincido, nanolefou, Bielsa reconoció que los dos equipos entendieron que el resultado (2-1) les convenía. Y, además, Bielsa no podía arriesgarse a una nueva frustración. Además, para Chile la clasificación es un resultado histórico.
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