viernes, 8 de noviembre de 2013

Alfredo Leuco, Magdalena Ruiz Guiñazú, combatientes por la fama contra la dictadura K.

Si uno revisa Google a esta hora, algo después de la medianoche, el supuesto robo a Leuco recorre 6,7,8 páginas. El título, denso: Alfredo Leuco: “Estoy rogando que sea un robo común y nada más”. Por honestidad (¿o por error?) la guía de nota de “Clarín” dice: Policiales, y no Política. Y no Kirchnerismo.
O sea: “Clarín” digital culmina este día jueves con esta noticia como cabeza en su portada. Allí el portal consigna: “El periodista se quebró al hablar del episodio de inseguridad del que fue víctima. ‘Hice mal, pero resistí porque había cosas de valor inconmensurable’, dijo.” Un apunte bobo: el tipo estaba emocionado, “se quebró”, pero es un valiente porque “resistió”. En rigor, resulta bastante inverosímil el relato para cualquier porteño que conozca la zona: no da para que te roben cuatro motochorros sobre Avenida de Mayo, te golpeen y demás. No. Pero evidentemente, esa ficción es útil a la construcción de cierto relato opositor.
Leamos:
“Tengo muchos amigos y compañeros en los medios de comunicación que se han preocupado. Me siento extraño como miles de argentinos que a diario les toca estar en este lugar, tengo que agradecer que no me clavaron un puñal o que no tuvieran un arma. Estoy rogando que sea lo que creo que fue, el robo de una mochila y nada más. Es por el bien de todos. Incluso por el bien de mis enemigos”, agregó Leuco.
¿“Enemigos”? ¿En qué batalla anda Leuco, el mismo que supo condenar mediáticamente al ex K Lucas “metralleta” Carrasco? Y, ¿entonces? ¿Cómo se vincula la noticia acerca del episodio de “robo” (un delito contra el patrimonio de Leuco) con la sospecha de que pudo tratarse de “algo más”. Según la nota de “Clarín”: “No saber si se trató de un robo común o algo más, todos me lo preguntaron. Una manera de saber si era un caso más o un castigo para mí. Eso habla del tipo de sociedad que estamos construyendo”, relató Leuco en su columna, que a diferencia de la que hace todos los días, esta vez fue grabada.”
La respuesta: el problema es la construcción paranoica que los medios opositores ofrecen día a día, al servicio de la cual se anotan Magdalena Ruiz Guiñazú (en tanto contribuyente que recibe una visita de la AFIP y se siente perseguida) o el propio Alfredo Leuco (en tanto víctima de un episodio callejero) quien presume ser alguien perseguido por razones políticas -se supone- y no una simple víctima de un robo.
Tal como señaló el ministro de la Corte Eugenio Zaffaroni, la preocupación por la inseguridad ciudadana se basa en un “discurso” generado por los grandes medios y que crea “paranoia”. “El mismo discurso lo tiene México con 70 mil muertos en tres años con decapitados, castrados, algo dramático. El mismo discurso lo tiene Centroamérica con las 'maras' (narcotraficantes en Guatemala). Pero también Brasil y el Cono Sur, donde tenemos los índices de homicidios más bajos en la región. El mismo discurso de inseguridad lo tiene Europa donde el índice es bajo también. Es decir, está generado por las redes de medios masivos de difusión”, señaló Zaffaroni.
En fin, hubiera sido interesante ver a estos combatientes por la fama (Ruiz Guiñazú y Leuco) enfrentarse, tan valientes y gallitos, a los dictadores de verdad que supimos padecer (1976-1983) en nuestro país. No estuvieron en esa pelea, pero sí han elegido prestarse a construcciones realmente muy berretas de la comunicación política opositora ante este gobierno nacional, democrático y popular. Son, sencillamente, expresiones de la prensa canalla.

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