miércoles, 19 de septiembre de 2012

Mensaje para Macri: Beatriz Sarlo reclama la alfabetización política “progresista, democrática y autónoma” de los caceroleros

Foto: Ceci Estalles (censurada en Facebook).
Fue muy cargada de sentido la imagen de esas mujeres que caceroleaban con un cartel impreso: “EN BARRIO NORTE TAMBIÉN TENEMOS HAMBRE”. Y una pena que ningún movilero les preguntara: “Hambre, ¿de qué?”, para despejar la ambigüedad de la ironía o de la queja genuina. Es obvio que la protesta de las capas medias porteñas “acomodadas” munidas de cacerolas no apunta a defender su soberanía alimentaria, su derecho a comer. En ese punto están más que satisfechas, hasta el exceso y la sofisticación.
Protestan por el freno a su voracidad en tanto “ganadores” del modelo capitalista argentino. No viven la carencia, pero ahora tienen problemas a la hora de convertir sus ahorros en dólares. Y sufren cuando deben explicar su plan de gastos en el exterior. Sucede que son “indignados” a los que les va entre bien y muy bien y “levantarla con pala” a la hora de medir el reparto de la torta económica, y están peleando por más en la cancha del decil más alto. Pero “la Diktadura” interfiere su deseada plenitud del goce. Les pone límites. Y encima “gasta” en los pobres con la Asignación Universal por Hijo. Y así promueve la “procreación irresponsable” a la que se dedican las “gentes sin recursos”, dicen.
“Nadie nos escucha”, dicen. Y en realidad sí, son escuchados, editorializados, comunicados en sus demandas llegando hasta el exceso. Ahí cumple su papel el sistema de medios dominantes. Sólo que tanta sobre-representación mediática (“en los diarios que leo siempre hablan de mí“) no se corresponde con su representación política en el Congreso, con su menguada capacidad de incidir en la marcha de las cosas.
La dirigencia política opositora fracasa, no logra (ni siquiera cuando se aglutina en el Grupo A) conseguir resultados que satisfagan esa expectativa de las clases acomodadas de fijar un límite eficaz a la experiencia populista. “Hacen lo que quieren”, dicen, resentidos. Y cacerolean, en la calle o tímidamente desde los balcones, o tocando bocinas mientras dan vueltas a la manzana.
Sería valioso para el sistema democrático verlo a Mauricio Macri participando abiertamente de la convocatoria a las marchas caceroleras hacia Plaza de Mayo y tomando la palabra para otorgarle un sentido claro a la movilización. Es “su gente” la que protesta, la misma que él (Macri) convoca a manifestarse desde sus locales, las estructuras estatales que gobierna, sus referentes (Pinedo, Bergman, Bullrich) participantes de la marcha y los medios que lo acompañan. Es muy pobre y cobarde de su parte decir, como todo intento de evaluación, que la movilización fogoneada por “Clarín” fue “impresionante”. ¿Y qué más? ¿Macri comparte las consignas de los caceroleros, sus cantos, sus carteles, tan insultantes y antidemocráticos? “Que Cristina se vaya con Néstor”, por ejemplo.
Y aquí mete su cuchara Beatriz Sarlo al adoptar una mirada tan protectora como despectiva: Es injusto hacer responsables a los manifestantes de lo que les falta y les sobra a sus consignas. Su movilización indica que hay allí fuerzas dispuestas a jugar en el espacio público. La responsabilidad cae del lado de intelectuales y políticos que no articulamos una interpelación progresista, democrática y autónoma. No supimos escribir las cosas mejor que en Facebook.”
Según Sarlo, se trató, al fin, de una manifestación de personas que no pueden hacerse cargo de sus actos, ni de sus gestos (manitos haciendo “fuck you”) ni de sus dichos (“que se vaya la yegua Cristina”), porque son “inocentes”. Simples cabezas huecas, manipuladas por algún “gran hermano” al que Sarlo no identifica. La esperanza sería para estas gentes de derecha la “interpelación progresista”, que reemplazaría “el lenguaje del odio contra los planes sociales y la asignación universal (“planes descansar” y “asignación para coger”, entre otras frases)”, que ella cita, por otras más “educadas” o políticamente correctas. ¿Será “Clarín”, será “La Nación”, será la orfandad de representación de los caceroleros de cara al 2015? ¿Cuáles son las fuentes que animan el odio social? Sarlo no lo dice.
En toda movilización organizada (y ésta lo fue) hay una dirigencia que convoca (que en este caso no da la cara) y decide el formato de la protesta. Hay participantes activos, convencidos, que promueven las consignas: “El que no salta, es negro o K”, por caso. Y otros que acompañan porque comparten el núcleo de significación de la marcha, su trazo grueso “anti K”, en el que se inscriben sus demandas individuales, aunque tal vez no compartan el objetivo político más ambicioso de los organizadores: forzar un abrupto cambio de rumbo favorable a los grupos económicos y políticos enfrentados con el Gobierno que impulsan una escalada destituyente. El desafío de la comunicación política K es operar ese deslinde, aislando a los promotores del odio golpista de los (supuestamente) “confundidos”.

9 comentarios:

Sujeto dijo...

Estimado Sanin: brillante tu post.
Coincido con tu visión, pero creo que no hay que perder de vista que hay un universo de personas que participó (no sé si de la marcha, pero sí del caceroleo) que tienen reclamos válidos, o al menos, atendibles. Me parece que tenemos que darles cabida, y no confundirlos con lo que llamé en mi post "el burgués rabioso".
Aprovecho para enviarte un Abrazo

gem dijo...

Como sería darles cabida?? liberar la venta de dólares? no cobrarles los impuestos? cerrar la AFIP? que puedan entrar bagallo tranquilamente? anular la AUH? volver a las AFJP? etc etc? no puedo entender que hay que escuchar sus demandas..... algunos no tienen muy afirmado su sueño por un país mas igualitario, lástima

Sujeto dijo...

Gem:
Comparto con vos que no todos tenemos tan afirmado el sueño de un paías más igualitario.No me refería a ninguna de las conquistas que mencionás, que son capitales, pero creo que sí darles cabida es no meter a todos los gatos en la misma bolsa. Hay problemas de inseguridad que son reales, y fijate que cuando Garré puso a Gendarmería en el cinturón sur, la cosa mejoró. Darles cabida es también recibir el mensaje sin descalificarlo, porque no todos los que tocaron la cacerola quieren voltear al gobierno, y me parece que es primordial comenzar a distinguirlos...
De todos modos, escribir acá es fácil, instrumentarlo, un poco más jodido, ¿no?
Saludos

A.C.Sanín dijo...

Sujeto: gracias por el elogio. Y sí, coincido en entender que no todos comparten la movida destituyente, ni los insultos. Es cierto que en la sociedad se manifiestan reclamos válidos pero el tono de esta marcha no parece reclamar “diálogo” sino repulsa pura y dura hacia el Gobierno. El problema a la hora de precisar el sentido de una marcha de “heterogéneos” es que la “voz dominante” de los organizadores se impone como dirección intelectual y política. Tal como decís en el segundo comentario, desde aquí, desde los teclados es fácil proponer distingos. Instrumentarlo exige muñeca política.
Un gran abrazo, Sujeto.

A.C.Sanín dijo...

Gem: Me parece que tenés razón al indignarte con los extremistas que condujeron la movida cacerolera. Ellos proponen una vuelta al pasado “noventista”, neoliberal. Ahora, convengamos, entre ese núcleo duro muy opositor y las personas que exponen reclamos válidos acerca de la política cambiaria (hipotecados en dólares, ponéle) o “sintonía fina” en control de importaciones (insumos quirúrgicos, ponéle) hay una enorme distancia. Hay que “escuchar” lo que piden. Saludos.

ram dijo...

Discutir cómo "incluir" al opositor democrático, para mí ahora es discutir el sexo de los ángeles. Toda persona no simpatizante u opositora a este gobierno DEBE (si es democrática) hacerse a un lado, huir, de ese colectivo marchoso, reaccionario, golpista, antipolítico y exigidor de la muerte de quienes cree sus enemigos. Nadie decente y con un mínimo de sentido democrático puede estar en esas compañías; no por el gobierno, por él mismo y sus intereses.
Desde hace rato era obvio que había que cambiar y mejorar la comunicación oficial, explicar mejor y no regalar espacios pero, que eso sea cierto y obvio no implica negar el enorme y eficaz aparato mediático empeñado en hacer mierda todo; sarlo es parte de ese aparato y como no es idiota puede tener alguna lucidez en su mirada, pero esa lucidez durará menos que un suspiro porque no es funcional a los que le pagan los honorarios.
Diría que más que de los dichos de sarlo, lo que hace falta son esos espacios de difusión, de explicación de los por qué se toman las medidas que se toman, si me preguntan a mí, más me calentaría por armar otra tele pública, una más para los deportes y el entretenimiento general y conservar la actual para noticias, entretenimiento y el cúmulo de programas que no están y el periodismo que no está (incluso de opositores de buena leche, que supongo habrá).
De los otros, de la gentuza golpista, hablar lo menos posible, sí laburar para que se amarguen un poco más sus miserables vidas. Son devotos de camps, que revienten de odio, que es lo suyo, claro.

A.C.Sanín dijo...

ram: Creo que Sarlo intenta tomar distancia (despegarse) de las expresiones más antipolíticas y golpistas de los caceroleros y presentar a esa gente movilizada como recuperable para una oferta electoral “progresista” (¿Carrió?). Coincido con vos en el rechazo a las personas que aceptan marchar con svásticas y carteles que desean la muerte de Cristina; con ellos no hay diálogo posible ni política de inclusión que los abarque. A contrario: lo que importa es aislarlos, evitar que interpelen con su discurso destituyente a otros sectores de capas medias que expresan reclamos legítimos por la falta de “sintonía fina” en la aplicación de algunas medidas.
Coincido en que la tele pública sufre un exceso de fútbol y deportes en su programación, que obviamente tienen rating y acercan espectadores a la publicidad oficial pero la despolitizan mucho. En cuanto a la comunicación, creo que Artemio López acierta con las “audiencias redundantes” y las dificultades para incorporar al otro. Tal vez la TDT y la ley de medios cambien el panorama. Saludos.

Anónimo dijo...

Es notable que critiquen la AUH pero no los subsidios a la electricidad, por ejemplo, que les permiten usar sus aires acondicionados...

Pero le gobierno no se anima a sacar los subisidios. :?

A.C.Sanín dijo...

Anónimo: Se necesita mucha sintonía fina para no cometer injusticias en la quita de subsidios domiciliarios. Saludos.