jueves, 10 de octubre de 2013

Beatriz Sarlo habló con Morales Solá acerca de la estupidez de los pobres que votan a Cristina.

Y también de la frivola clase media que se preocupa por la salud de la Presidenta sólo por cuestiones narrativas y sentimentales. Y de los beneficios secundarios que obtiene Cristina al ser operada en la cabeza. Y, además, no le gusta Boudou, que es simplemente un “eso”.

En alguna de sus tantas actividades como cronista al servicio del diario “La Nación”, Beatriz Sarlo se hizo presente, siempre provista de un cuaderno de notas, en diversos actos kirchneristas. Digamos: esta intelectual que fue “de izquierdas pero ya no” se presenta como una etnógrafa interesada en el estudio de una comunidad política y cultural ajena a su propia experiencia: el peronismo. A Sarlo el peronismo “la puede” como objeto de estudio. O mejor: no puede dejar de hablar sobre su “interlocutor polémico” imaginario: la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. (Lo que también sucede a muchos “arrepentidos” K).
Y qué mejor excusa para despuntar el vicio que una invitación al piso de TN, para reunirse con Joaquín Morales Solá a tomar unos copetines y hablar mal de Cristina y aún burlarse, precisamente la noche previa a la intervención quirúrgica a la que fue sometida la Presidenta, el martes pasado.
Antes de conocer el resultado de esa intervención, Sarlo despachó fruta en torno a uno de sus temas favoritos: la estupidez de los pobres. “Cristina ha creado la cuestión de que los pobres, que son un 25% de la población (SIC), le deben a Ella la Asignación Universal por Hijo (AUH). Aparte del cariño que es innegable también debe haber una preocupación; esas preocupaciones que son fantasías de pérdida, porque Cristina FUE (SIC) una Presidenta -y sigue siéndolo- que condensó en ella misma todo aquello que sonaba (SIC) como beneficio para los posibles sectores que recibían una resolución, un decreto ley, un plan social o lo que fuera.”
Es fácil: Sarlo -insultante como una “señora gorda” de Recoleta- borra la secuencia previa de decisiones (en 2008, un año especialmente difícil para el kirchnerismo) y especialmente oculta los costos políticos que asumió Cristina a la hora de estatizar el sistema previsional, enfrentando a los bancos, arrebatando ese fenomenal negocio al sistema financiero para construir una política exitosa de inclusión e inserción social. Y lo que de paso borra Sarlo es que la AUH en su instrumentación demuele el clientelismo. Porque las “mamis” obtienen sus tarjetas y van solas a cobrar, sin punteros. Y, ¿todo esto sólo “sonaba” como beneficio”? ¡Qué turra!
Para Sarlo, la preocupación de muchas personas por la salud de Cristina, expresada en twitter, es tan sólo el efecto cultural en las capas medias “atentas” al “giro folletinesco” que genera la enfermedad, que “le pone sentimentalismo a la vida”, o algo así de frívolo, una cuestión estética o narrativa, no más. Porque, dice Sarlo, que “a la Argentina (¿?) le gustan” los giros folletinescos. “Los giros folletinescos que en determinado momento tornan interesante una zona, y sin duda la enfermedad puede dar ese giro folletinesco. La enfermedad sin ninguna consecuencia, simplemente la enfermedad.” O sea, "sin consecuencias": ¿A la persona Cristina, a la morocha que nos preside, la enfermedad no la asusta, no le duele, no la limita, no la afecta, no le cambia la vida ser “operada”, no le genera ninguna consecuencia somática o psicológica? ¡Qué turra!
Pero, hay más. Interrogada que fue Sarlo por su amigo y colega Morales Solá respecto del posible efecto electoral de la enfermedad de Cristina sobre “un país que caminaba tranquilo” hacia una nueva derrota K, dijo la intelectual “independiente”, embalada por la cínica complicidad de este intercambio:
Beatriz Sarlo: “Lo que yo veo es que ellos (SIC), el kirchnerismo -digamos- no iban a descender de lo que habían logrado, o descenderían muy poco, y que un giro sentimental puede traer algunos votos inesperados. Esos son los beneficios secundarios de las enfermedades. De las enfermedades físicas o de las otras. Los beneficios secundarios son que un giro sentimental puede traer “bueno, esta mujer nos necesita”, “esta mujer estaba trabajando demasiado por nosotros”, todos esos razonamientos.”
Morales Solá: O: "No le demos una mala noticia"…
Beatriz Sarlo: "No le demos una mala noticia". Por otra parte ella recibió una noticia espléndida: el que va a tener que poner la cara el 27…
Morales Solá: Es Boudou…
Beatriz Sarlo: ¡Es Scioli!, que es la víctima. Esto es una noticia espléndida. Este es otro reacondicionamiento de las cosas. Mi hipótesis, entonces, para responder a su pregunta, es que (Cristina) no va a perder votos y es probable que ese mensaje "démosle una fuerza", "mandémosle un mensaje de buena onda", en una sociedad sentimental funcione. Y, segundo: ella no tiene que pasar por lo que pasó el 10 de agosto (?) a la noche. No tiene que ir a decir que a Insaurralde no le fue bien pero sin embargo en Chañar Ladeado habían ganado el segundo concejal. No tiene que ir a decir eso.
Pero, pero, pero, en la minuta opositora de estos días faltaba, ¡obviamente!, el imprescindible ataque al vicepresidente Amado Boudou.
Morales Solá: Digamos: vivimos en un limbo institucional durante muchas horas, desde el sábado en que la Presidenta entró en su dormitorio y no la dejaron salir hasta hoy que asumió Boudou, ¿no?
Beatriz Sarlo: Ella eligió a “eso”. Bueno, tendrá que arreglarse con el vicepresidente que eligió, dado que presidente y vicepresidente se votan en la misma boleta. Era obligatorio votarlo a Boudou. Quien quería votar a Cristina tenía que votar a Boudou. Esto lo digo porque he visto comentarios en las redes sociales que dicen “finalmente, nosotros lo votamos a Boudou”. Obligados. El que quería votar a Cristina no podía no votar a Boudou. Y a Boudou se los puso Cristina. De ese modo híper personalista, híper centralizado, sin consultar a nadie, sin consultar al Frente para la Victoria (que no sabemos qué estructura tiene), sin consultar al Partido Justicialista (porque lo tenía muy lejos en ese momento), sin hablar con nadie, dijo “Boudou“. Y había que verle la cara a Scioli en ese plano de televisión cuando lo anunciaron. 
En fin, “esto” es Sarlo, la muy sobrevalorada. Un cóctel (ya que hablamos de copetines) de cinismo, frivolidad y desprecio respecto de los sectores populares, de sus lealtades y sus elecciones. Y también un rencor que acaso exprese su desajuste generacional, su incapacidad para comprender las luchas actuales, acompañando siempre las andanzas de su líder, la también muy insultante y despectiva Elisa Carrió. Porque allí, en una lectura crítica de ese liderazgo autoritario y excluyente, debiera Sarlo ilustrarnos acerca de cuáles fueron las prácticas democráticas que impulsó Carrió en sus diversos y sucesivos emprendimientos políticos. ¿De qué se burla Sarlo? La presidenta Cristina eligió a Boudou por una valoración elocuente: “Necesito alguien a mi lado que no le tenga miedo a las corporaciones”. Y se lo están haciendo pagar.

Foto: tallerlaotra.blogspot.com / Abril 2011

9 comentarios:

Ricardo dijo...

Sarlo estuvo encargada, en algún momento, de una batalla cultural por hacerle comprender el peronismo a sus lectores. No sólo falló, porque quienes la leyeron e interpretaron fueron esos mismos sectores a los que ella intentaba comprender, sino que ni sus lectores ni ella misma comprendieron de lo que hablaba. Bah, partecitas sí. Algunas otras, muy mal.

¡Abrazo!

Alcides Acevedo dijo...

Y bueno, kirchnerismo es otro nombre para el 2síndrome de Estocolmo2.

Las víctimas del saqueo votan a sus victimarios, muy raro.

Oscar Cuervo dijo...

Muy bueno. Para Sarlo Fernandez'Meijide, Donda y Carrio son las dirigentes políticas mas lucidas de la Argentina, así que....

Por que no pones al final de cada post la posibilidad de linkear a twitter y facebook?

A.C.Sanín dijo...

Ricardo: Sí, Sarlo decidió especializarse, convertirse en una suerte de “peronóloga”. Pero su verdadera obsesión es Cristina: no la tolera, la aborrece, la desprecia y (muy en secreto) la envidia. Eso sí: siempre hablando desde un pedestal acerca de la impostura de los otros.
Un abrazo para vos.

A.C.Sanín dijo...

Alcides Acevedo: ¡Sí! ¡Usted dio en el clavo! ¡El peronismo entendido como una alienación colectiva! ¿Una falsa conciencia, dice Usted? NO entiendo como no se le ocurrió a nadie antes.

A.C.Sanín dijo...

Oscar Cuervo: Gracias. Y sí, hay toda una línea de pensamiento en esas dirigentes notables. Ahí pusimos los links. Abrazo.

Cruel adonorem dijo...

Obviamente el combate entre los unos y los otros es de naturaleza sieteochescas, lo cual es lógico.

siguiendo los dichos de Sarlo, uno cae en la cuanta que al empalmarlo con lo manifestado por el mechado de ¨dame tu palabra¨, se obtiene una perspectiva relativamente coherente entre ambos.

A muchísima gente ( que ni siquiera conoce a Sarlo y no pertenece a las capas medias ) el ruido de la operación les ha sonado discordante. obviamente, de esto puede enterarse cualquiera. Siempre y cuando recorra las calles, lugares de trabajo, además de otros sitios. eso sí,tomando la precaución de quitarse cualquier filiación.

Segmentos discutibles :

1)¨Es fácil: Sarlo -insultante como una “señora gorda” de Recoleta- borra la secuencia previa de decisiones (en 2008, un año especialmente difícil para el kirchnerismo) y especialmente oculta los costos políticos que asumió Cristina a la hora de estatizar el sistema previsional, enfrentando a los bancos, arrebatando ese fenomenal negocio al sistema financiero para construir una política exitosa de inclusión e inserción social.¨ (¿?)



2)¨ ¿De qué se burla Sarlo? La presidenta Cristina eligió a Boudou por una valoración elocuente: “Necesito alguien a mi lado que no le tenga miedo a las corporaciones”. Y se lo están haciendo pagar.¨

Con relación a lo anterior se podría argumentar ¨ Evitar tolerar otra situación similar a la ocurrida con Cobos estaba en los planes de Cristina. La elección Boudou pudo venir por ese lado.Es mejor alguien incapaz de serrucharte el piso, en lugar de la duda y la desconfianza.

Todo lo señalado por Sarlo es estúpidamente desopilante. Pero ( me cito) ¨al empalmarlo con lo manifestado por el mechado de ¨dame tu palabra¨, se obtiene una perspectiva relativamente coherente.¨ Para ambas posiciones una buena parte de la población dedicó su vida a la sacrosanta tarea de comer vidrio.

Cruel adonorem dijo...

Fe de errata: donde dice:¨Obviamente el combate entre los unos y los otros es de naturaleza sieteochescas, lo cual es lógico.¨ Debe leerse: Obviamente el combate entre los unos y los otros es de naturaleza SEISIETEOCHESCAS, lo cual es lógico.

A.C.Sanín dijo...

Cain: Según entiendo Beatriz Sarlo no necesitó de la existencia de “678” para encontrar un interlocutor con quien polemizar. Lo hizo muchas veces antes. Pero: a ella la invitan/convocan al piso de TN no a expresarse ni a polemizar sino a cumplir un papel ya establecido: atacar a Cristina.
El “mechado” no la distorsiona, la abrevia en su beneficio porque estuvo “larguera”, algo errática.
Cuando hablamos de “operación”, ¿nos referimos a la cirugía o al manoseo distorsivo de los medios de comunicación sobre el hecho en sí? No sé cuál es el “ruido de la operación” ni qué quiere decir que “ha sonado discordante”. A los mortales les sucede que frecuentemente acaban con su cuerpo y alma en un quirófano. ¿No lo creen? ¿Necesitan una transmisión en vivo? En las calles que yo recorro “la gente” está conteste en que la Presidenta ha sido operada y ahora afronta el postoperatorio. Eso no está en discusión, más allá de cualquier “filiación”.
Obviamente, es cierto que Boudou no se comporta como Cobos. No en su relación con Cristina ni tampoco en su actitud frente a los aprietes de Clarín. ¡Jamás habrán de perdonarle el “arrebato” de las AFJP!
El “populismo” no se sostiene en la certidumbre de que los ciudadanos que lo votan “comen vidrio”, sino todo lo contrario. Un asadito, mejor, y acaso el vidrio sirva para envasar el vino. Y si esto falta en las mesas populares, ¡estamos en problemas!
Un saludo, y gracias por comentar.