martes, 10 de septiembre de 2013

El golpe “blando” que no fue por la no traición de Scioli. Fontevecchia y el enojo del “círculo rojo”. Psicología de Macri.

La insistencia de Jorge Fontevecchia en el abordaje “psicobiográfico” suele enturbiar sus análisis políticos, no exentos de lucidez. Así, el sábado pasado intentó, desde las páginas de “Perfil”, explicar las dificultades de la construcción política de Mauricio Macri en clave “PSI”, como resultantes de una tensión irresuelta entre su “amor al padre” filo peronista (identificación que le permitiría competir en 2015) y su deseo de ser aceptado socialmente entre los miembros de la oligarquía, tan gorila y anti popular.
Lo que lo lleva a Fontevecchia a concluir: “Lo que sirve para superar al padre en términos de éxito (político) podría ser contradictorio con lo que sirve para superar al padre socialmente en determinados ámbitos.” O sea: las dificultades del candidato a presidente de la derecha neoliberal Mauricio Macri no son estrictamente resultantes de su torpeza política sino más profundas y subjetivas: edípicas. ¿Lo dejamos ahí?
Fontevecchia está siempre tentado a contar la historia argentina como resultado de una secuencia de pulsiones, represiones y conflictos anímicos, de “enojos”, “disgustos”, “irritaciones”, “amores” y otras emociones (algunas de las cuales pueden volverse violentas) que afectan la vida de relación entre los “influyentes”. Una lectura “proustiana” que -lejos de cualquier referencia a la muy materialista disputa económica y el papel de las clases subalternas- supuestamente explicaría la marcha de las cosas en nuestro país como fruto exclusivo de los conflictos que se libran al interior de las clases dominantes.
Así, el domingo pasado, en su artículo “El círculo rojo”, afirmó:” Hay mucha gente influyente a la que este gobierno maltrató con crueldad que desea que los kirchneristas no sólo fracasen históricamente, sino que se vayan presos y execrados. No en 2015, sino lo antes posible. Y como una alianza entre Macri, Massa y Scioli hubiera anticipado esos tiempos, están muy enojados con Scioli por no haber accedido a abandonar a Cristina Kirchner.”
Si lo sabe, ¿no debería Fontevecchia identificar a quienes propician un quiebre de la institucionalidad democrática, el único escenario que permitiría que “los kirchneristas se vayan presos y execrados, no en 2015, sino lo antes posible”? En lo que habrá que coincidir con Fontevecchia en el señalamiento de ese “enojo” del “círculo rojo”. Porque “la jugada” del establishment era esa: sumar a Daniel Scioli a la rebelión anti kirchnerista que finalmente encabezó el intendente nordeltino Sergio Massa. Es decir: provocar una cascada de traiciones que precipitara una crisis institucional que hubiera permitido -efectivamente- “anticipar” los tiempos. Scioli no aceptó entrar en ese juego. Y sostuvo, de ese modo, la incertidumbre respecto de 2015, aunque algunos, porque están muy interesados o porque pagan el precio de su ingenuidad, confluyan en difundir el pronóstico de que Massa será, ineluctablemente, un “presidenciable”.

4 comentarios:

Ricardo dijo...

Coincido en todo: la lucidez de Fontevecchia (sumado a su interés por pegarle a Clarín), su excesiva mirada Psi y que están enojados con Scioli. Basta leer los diarios, aunque desde el massismo digan que Scioli es el candidato del establishment, ja.

Macri... Macri, pobre: chilla porque efetivamente (sic) lo dejaron ajuera de todo.

Abrazo.

Daniel dijo...

A quien se le puede ocurrir que un gobernador se va a colocar a la cola de un intendente? Si se va a analizar por lo emocional, además, hay que ser menos burdo y elemental.

A.C.Sanín dijo...

Ricardo: Fontevecchia es un operador un poco más sofisticado que los escribas de Clarín y conoce bastante bien a los integrantes del "círculo rojo". Y es cierto: Macri se quedó afuera de todos los armados, más allá de que insista en candidatearse para el 2015.
Un abrazo.

A.C.Sanín dijo...

Daniel: Creo que Scioli consideró los costos y beneficios posibles de la jugada rupturista y decidió mantenerse dentro del PJ. No sé si la oferta fue que se colocara a la cola de Massa o algo más ambicioso.
Abrazo.