lunes, 15 de octubre de 2012

¿A quién le importa las cacerolas?

Los días que faltan hasta el “7D” están teñidos de amenaza, de sospecha. ¿Qué sucederá en estos dos meses? ¿Qué efectos procura alcanzar el Grupo Clarín en el campo de la sociedad (la opinión pública) o de las instituciones para lograr impedir la plena aplicación de la Ley de Medios?
Un primer campo de batalla tiene anclaje en la construcción mediática del “humor social”, supuestamente tan variable, tan volátil. Esa entelequia que sólo miden las encuestas express, y es tan útil para quien las produce y las difunde. El Grupo Clarín, por ejemplo, pretende que los resultados de los estudios de opinión pública de “Management & Fit” (su consultora favorita, siempre tan funcional a sus intereses) pueden abolir cualquier resultado electoral, incluso el más contundente y reciente, como el expresado en las elecciones del pasado octubre. (Ese 54%, a favor de Cristina, les duele mucho).
Están también los supuestos “datos” de la realidad, convergentes con las expectativas del Grupo Clarín, tendientes a descalificar al Gobierno que impulsa el “7D”, según las sintetizó Julio Blanck: “Porque pasaron cosas en las últimas semanas. Avalancha de zapping el día que la Presidenta se metió con la cadena nacional en el horario central de la televisión. Cacerolazo feroz en los grandes centros urbanos a favor del ascendente malhumor social. Desafortunada excursión presidencial a Harvard. Claudicación frente a Irán por el caso AMIA. Larga protesta en Prefectura y Gendarmería por un recorte salarial. Confusa desaparición transitoria de un testigo en el caso del crimen de Mariano Ferreyra. Masivo acto del sindicalismo opositor en Plaza de Mayo.” Y no encontró nada más.
O sea: Blanck reproduce una ristra de títulos “clarinistas” que han sido oportunamente refutados. Una enorme cantidad de argentinos sigue con interés los discursos de Cristina y no hace zapping; la “ferocidad” de los cacerolas es cierta a la vez que irrisoria su representatividad (están solos); la Presidenta ridiculizó a los “preguntadores” en Harvard; Irán se comprometió a contribuir a esclarecer el atentado; la protesta de Prefectura y Gendarmería terminó y se reconstruyó la línea de mandos; el testigo apareció y confirmó su disposición a declarar en el juicio; el acto del sindicalismo opositor fue una lágrima.
Cebitas, petardos, ruidos, que sólo adquieren “volumen” y “relevancia” porque “la prensa dominante” los fogonea hasta el hartazgo. Y, es seguro, hasta el “7D” habremos de soportar una ofensiva comunicacional cada vez más violenta e irracional, pero sin reflejo eficaz en la opinión pública nacional ni en las representaciones políticas en el Congreso. ¿A quién le importa la marcha de los cacerolas cuando vuelvan a salir a la calle a exhibir su capacidad de convocatoria?
Seguramente, al Grupo Clarín, siempre dispuesto a “construir como acontecimiento” una manifestación marcadamente segmentada, tanto política como socialmente, minoritaria y encapsulada en un cuestionamiento general a la legitimidad del gobierno encabezado por Cristina Fernández. Seguramente le importa, también, a los políticos opositores, tan necesitados de algún éxito, de algún sucedáneo de aval popular, tal como le sucede a Patricia Bullrich, Eduardo Amadeo, Federico Pinedo y los demás que volvieron “cariacontecidos” de su excursión a Venezuela. ¡Y a Lanata, claro! Que allí podrá darse un baño de multitud perfumada. Pero, ¿a nosotros, qué? ¿Y para qué tanta “prensa propia” dedicada a convertir a la convocatoria cacerola en una amenaza, difundiendo sus consignas, sus estrategias en materia de vestimenta, sus puntos de encuentro, y demás? ¿Para qué? La respuesta ya la dio Cristina, la indomable, que no se asusta por boludeces: “No se enojen con nosotros porque no decimos lo que ustedes quieren escuchar. Busquen dirigentes que sepan expresar sus reclamos”.
La verdadera pelea política no pasa por ahí. Según puede verse, la estrategia del Grupo Clarín, más allá de los cacerolas, apunta a la potencia de sus aliados en el Poder Judicial, porque ahí sí tienen iniciativa, capacidad de veto y poder. Es allí donde van a librar la batalla final en torno al “7D”. El kirchnerismo no logra hasta el día de hoy destrabar el concurso 258 que permitiría designar jueces de la Constitución para ocupar los juzgados vacantes, particularmente el que puede decidir sobre el reclamo de Clarín acerca de la presunta “inconstitucionalidad” de la Ley de Medios. Y este es el punto: Clarín no logra “pudrir” la calle, no puede precipitar un cambio de Gobierno. No. Pero sí puede lograr otra “cautelar”, dictada por un juez “subrogante”, que postergue -con la anuencia de la Corte Suprema, que debiera “hacer la plancha”*- la “desinversión” tan temida. Y ese sería su mejor golpe. No la marcha cacerola.

*Tal vez, la convocatoria formulada por el titular de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, quien citó, para hoy mismo, a los tres jueces que forman parte del Consejo de la Magistratura (Alejandro Sánchez Freytes, Mario Fera y al obvio operador clarinista Ricardo Recondo), a quienes recibirá junto a la número dos del máximo tribunal, la jueza Elena Highton de Nolasco, destraben esta ofensa a la ley.

4 comentarios:

Daniel dijo...

Es muy inquietante lo que habrá de suceder en la reunión de hoy en la Corte Suprema, Sanin.
Quiero ver que se desprende de allí de donde saldrán las pistas -mas o menos, claro- de como seguirán los acontecimientos hasta el 7D.
Por lo demás, habrá uqe soportarlos estos dos meses, mas desaforados que nunca, con esa marchita en el medio que solo refleja su desesperación.

ram dijo...

Es probable, no lo sé pero lo sospecho, que esa reunión judicial entre el "arriba" y el "abajo" del entramado judicial, pueda leerse también como un eventual curarse en salud, un "un paremos la mano un poco que clarín puede arrastrarnos a situaciones a las que no nos conviene llegar".
Ya está el hábito de pensar cada cosa como maniobra para favorecer los intereses del grupo, es automático, pero la realidad hace rato que dejó de ser automática y de resolverse en el sentido deseado por mañeto y asociados; esta reunión bien puede ser parte de otro reacomodo a la realidad, hay un entramado empresario aceptando las nuevas reglas (desechando una conflictividad muy cara y que complica todas las actividades) y que no quiere lolas ni tiene apuros en disciplinar a un gobierno que, en lo esencial, no los jode. Y que, además, tampoco pueden descartar que, de producirse el triunfo clarinista y descalabrar al gobierno, el quilombo resultante más la crisis, generen un previsible (pero de resultados inciertos) desbarajuste económico.
Billete por billete, tienen y arriesgan más que "elgrupo", los jueces suelen ser una corporación de fina sensibilidad y, claro, no es cuestión de arriesgar todo el circo por un payaso desubicado.

A.C.Sanín dijo...

Daniel: Exacto. En ese sentido marcha la decisión del Gobierno de apelar a la Corte Suprema para que "avance en la designación de magistrados naturales", pidió al máximo tribunal que "se avoque a resolver estas irregularidades", que constituyen el bloqueo "injustificado y arbitrario" por parte de un grupo de integrantes del Consejo de la Magistratura, informó que se solicitará "la nulidad del mecanismo para designar jueces subrogantes" y comunicó que también se realizará una presentación penal ante la Procuración General de la Nación, según informa “Página/12”.

A.C.Sanín dijo...

ram: Sí. La situación es bastante grave y supongo que, como decís, los “supremos” quieren evitar que se desmadre por completo. Y también es cierto que “Clarín” se aísla en exceso, queda muy expuesto, en tanto los demás grupos empresarios aceptan la vigencia de la Ley y la autoridad del Afsca. Todos, salvo el “payaso desubicado”.